Esta tarde es una tarde especial, porque por primera vez presenciaremos un hecho nunca antes visto, un momento particularmente insólito, increíble, in, in, inedito. Por primera vez me invitan a algo. Y es primera vez que me atrevo a decirlo por que me daba mucha vergüenza que fuera mi primera vez.
Inicio. cuanto de esto puede realmente servir para algo en algún momento. mis manos tiesas se ríen mientras bailan la danza de la escritura, de llegar a las teclas sin ver realmente que es lo que estoy escribiendo. cuanto de esto puede servir realmente, cuanto de mí sirve. sirvo para un niño que me dice mamá, que no todo lo puede hacer y por eso me llama, pide mi ayuda, si esta no llega inmediatamente se enoja y si me enojo yo él llora, pide disculpas, me abraza y besa como nadie y a esa carita se lo perdono todo. sirvo en mi casa donde hago almuerzo, aseo, el patio, lavo ropa y un sin fin de actividades repetitivas y repetidas día tras día tras día tras día tras día. todo eso sirve, sirve a través del tiempo, de los días, las horas, los minutos, los segundos, los silencios, las duchas.
Intermedio. miro la ventana de mi casa y pareciera que ese árbol al borde de la carretera sigue igual, pero no. no es el mismo de hace diez años y definitivamente no es la misma ramita con tres hojas que se veía hace veinte años atrás. pero ciertamente es el mismo árbol, nadie lo ha replantado ni movido de ahí, es el mismo árbol que esta ahí, estoico al borde de la carretera desde hace veinte años. yo probablemente sea la misma chica -ahora mujer- que escribe desde el sillón distintas chinchirradas desde hace veinte años y me pregunto si preguntarme lo que sea es lo que debiera estarme preguntando o debería estar pensando en que ya no debo preguntarme nada porque finalmente el tiempo pasa y el árbol crece y uno debe dejar de escribir faramalladas solo por estar pensando en preguntarse algo.
Final. me dan ganas de comer y de fumar a la vez, mientras escucho gritar desde el patio de atrás a un niño que me dice mamá cada vez que necesita que le sirva yo de algo. este es una prueba de cualquier cosa que pudiera ser esto. ejercicio para los dedos o para la mente, un rato solo conmigo o lejos de él -aunque nada me aleje verdaderamente de él- o un mero intento de nada para expresar mi nada actual. quemo lo que sea que había en ese papel y dejo que el niño que entró desde el patio garabatee fonemas en las teclas de este computador no tan moderno que trabaja en mis piernas. siento como mi cabecita se siente adormilada y con ganas de ver algo que intente producir chispas en mi interior para así darme cuenta que se sigue vivo en esta nada actual y repetida.
Fin del Comunicado.
Comentarios
Publicar un comentario